Una cama compacta con cajones contenedores y una segunda cama, una librería, unos estantes y una pequeña zona de estudio. Iria no necesitaba más pero, claro, quería que su habitación infantil fuera muy colorista.
Así que nos pusimos a buscarle un saco nórdico que le gustara, y a partir de ahí un vinilo que fuera de su gusto, personalizado con los colores de la habitación.